Resumen
La fuente de la escritura de Las religiones políticas de Eric Voegelin, publicado en Viena en 1938, y reeditado ahora por la editorial Trotta —que ha tenido el acierto de sumar al libro original otro ensayo del autor sobre la Ciencia, política y gnosticismo publicado en 1959 que recoge una segunda parte sobre ‘El sucedáneo de la religión: los movimientos gnósticos de masas de nuestro tiempo’—, es el resultado de la crítica al “colectivismo político”, esto es, el nacionalsocialismo emergente en aquella época que, bajo el trasfondo del gnosticismo que recorre, en la tesis principal de la obra del filósofo político alemán, la historia occidental desde el cristianismo primitivo hasta el mundo contemporáneo, supone el problema teológico-político. De hecho, no sería difícil llegar a la conclusión de que, aunque la esencia de todo colectivismo político es, como defiende Voegelin, la “religiosidad”, o “lo esencial” que permanece oculto, el nazismo de Hitler —que para Voegelin, adviértase, no representa lo inmoral bajo ningún concepto— es la expresión de la potencia del mal.