Resumen
Este libro es un testimonio muy interesante de la experiencia de una médica que ha acompañado a muchos pacientes en el final de sus vidas. Para la autora, este acto es un proceso en el que se debe procurar respetar la autonomía del paciente, más aún si se intenta que la muerte sea aceptada, no temida y rechazada. Con un estilo agradable y ricamente documentado, se plantea que la muerte permea la vida y que es positivo ue el enfermo sea consultado sobre cómo quiere encontrarse, dónde y con quién desea estar, para procurar facilitarle todo aquello que le sea cercano y le de felicidad.