Resumen
Santiago Beruete crea un neologismo (“Jardino-sofía”) para nombrar una realidad de nuestro mundo que había estado invisible a la historia de las ideas en España: la confluencia entre la historia de los jardines y la historia de la filosofía. La misma palabra “filosofía” contiene la explicación del neologismo bereutiano: el amor a la sabiduría se produce y enseña desde sus inicios, con la Academia de Platón, en un lugar muy parecido a un jardín o huerto.