EL CABALLO COMO PROTAGONISTA EN "BROADWAY BILL" ("ESTRICTAMENTE CONFIDENCIAL", 1934) Y "RIDING HIGH" ("LO QUISO LA SUERTE", 1950) DE FRANK CAPRA. LA ALIANZA ENTRE ECOLOGISMO PERSONALISTA Y PERSONALISMO FÍLMICO
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Palabras clave

Caballos
Personalismo fílmico
Ecologismo personalista
Frank Capra
Cuidado

Cómo citar

Frígols Garrido, B., & Peris Cancio, J.-A. (2022). EL CABALLO COMO PROTAGONISTA EN "BROADWAY BILL" ("ESTRICTAMENTE CONFIDENCIAL", 1934) Y "RIDING HIGH" ("LO QUISO LA SUERTE", 1950) DE FRANK CAPRA. LA ALIANZA ENTRE ECOLOGISMO PERSONALISTA Y PERSONALISMO FÍLMICO. La Torre Del Virrey, (32, 2022/2), 92-119. Recuperado a partir de https://revista.latorredelvirrey.es/LTV/article/view/1142

Resumen

El objetivo de este artículo es mostrar cómo en algunas películas que consideramos forman parte del personalismo fílmico del Hollywood clásico la presencia de animales como caballos y perros es la de auténticos personajes que interactúan con los protagonistas humanos, y que hacen avanzar la trama. Vemos que incluso la intervención de estos animales suscita una mejora moral en sus dueños. Esto se hace patente en la obra de Frank Capra, especialmente en su largometraje Broadway Bill (Estrictamente confidencial, 1934) y su remake Riding High (Lo quiso la suerte, 1951). En ambas películas el caballo de carreras Broadway Bill cobra un creciente protagonismo. Por un lado, su lealtad y la abnegación a la que le lleva, suponen una bocanada moral en el corrupto mundo de las carreras. Por otro, llega a suponer un emblema de los valores por los que merece la pena vivir. Frente a la tentación de una vida segura y sin alicientes, el caballo plantea una vida basada en la alegría, el riesgo, la superación y la aventura, lo que le llevará a su dueño a renovar de modo más auténtico su sentido del matrimonio y la familia. En el siglo XX Jacques Derridá reivindicó que los filósofos no habían concebido a los animales en su individualidad, ni mucho menos se habían dejado mirar por ellos. El personalismo fílmico da un paso más porque recoge un dato positivo que forma parte de la experiencia de muchas personas en su trato con perros, gatos, caballos, etc.: se tienen relaciones de afecto y amistad con ellos. La vida animal en nuestro siglo, como señala Stanley Cavell, demanda de nosotros nuevos modos de acercarnos a la realidad, no sólo como un imperativo ético, sino, sobre todo, como expresión de un modo de vivir más propio de nuestra aspiración a lo mejor. El personalismo fílmico conduce hacia un ecologismo personalista en la que la experiencia de amistad y cuidado hacia los animales debe extenderse a una mentalidad de cuidado de la vida en nuestro planeta, tanto más amenazada como está por nuestro modelo de desarrollo económico.

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