Resumen
Richard G. Geldard empieza Emerson and the Dream of America recordando que Emerson escogió a Goethe como hombre representativo de la humanidad en su calidad de escritor. Como Goethe, Emerson se convertiría en informador de un universo del que podía informarse: “Nuestras preguntas —escribió Emerson— no son incontestables”. El “universo”, en primera instancia, era el objetivo emersoniano, y “América” sería, por comparación, algo “nuevo e inalcanzable”. Precisamente en una América entendida como algo antiguo y alcanzado —el mundo conocido o reconocible culturalmente de Steiner, el archivo del Edén donde se almacenaría el saber de todas las épocas—, a Emerson aún no se le habría prestado atención.