Resumen
En una conversación con Léo Gillet, Cioran, a propósito de sus influencias literarias, comenta lo siguiente: “[…] Dostoyevski fue hasta el límite de la razón, hasta el vértigo último. Fue hasta el hundimiento, mediante ese salto a lo divino, al éxtasis […]”. Ese mismo éxtasis lúcido, después de un gran susto o situación terrible, o propiamente tediosa, por calificarla con una de las máximas preocupaciones de la prosa cioraniana, de la que ya rindió cuentas.