Resumen
En la Francia de finales del siglo XVIII la vida todavía transcurre muy cercana al campo, alejada del bullicio de las grandes ciudades. Es el espacio del bosque, de la montaña, de la naturaleza agreste; marco eterno de cuentos populares. En uno de esos bosques hace años que se conoce la existencia de un espíritu que vaga de un lado a otro provocando el mal y las penurias de los pueblos de alrededor.