Resumen
Desde los comienzos de nuestra civilización, el hombre a caballo se eleva del suelo, mejorando sus aptitudes guerreras gracias a la fortaleza y al valor del animal que monta. No obstante, será en el siglo XI cuando la caballería se convierta en un ethos (modelo de conducta), en el que se funden en el caballero la condición guerrera, que lo vinculaba al ejercicio de la guerra, con la aristocrática y cristiana. Esta transformación tendrá como desencadenantes una serie de cambios sociales, militares y literarios, que serán el origen de la formación de la imagen del caballero medieval, fijada en los personajes que animan distintas historias; como el Libro del caballero Zifar. Estas historias, que en su día dieron aliento a que las hazañas que narraban y al tipo de conducta que promulgaban se dieran en la realidad, son ahora el testimonio valioso de un modelo de perfeccionamiento moral y de búsqueda de la conquista espiritual.