Resumen
Cuarenta años se cumplen en 2013 de la muerte de Karl Löwith. Más allá del ámbito alemán e italiano, la recepción de su obra ha sido débil. La documentadísima obra de Joan M. Puiggròs Modollel, en la línea de la de Enrico Donaggio1, recupera para nuestro tiempo y para nuestra geografía intelectual un pensador maltratado por la historiografía filosófica. Motivos no faltan: despachado como mero epígono de Heidegger, apenas ha sido tenido en cuenta a la hora de hacer la evaluación filosófica del siglo pasado. Sobre todo en comparación con la atención que ha recibido y recibe otro discípulo de Heidegger: Gadamer; éste sí, coronado en la historiografía filosófica como su heredero filosófico legítimo.