Resumen
Aunque sólo fuese por hacerse eco de un drama que, desgraciadamente de forma silenciosa, sucede en nuestra cotidianidad educativa, como alumnos, padres o maestros, habría que agradecer la contribución en principio poco condescendiente de Martha Nussbaum a lo que está ocurriendo. Que las humanidades van a la baja parece incontestable. Menos alumnos, menos inclusión en los programas universitarios, menos ayudas estatales, menos reconocimiento social, con excepción de aquellos casos, restringidos en su contenido y contados en su número, en que se haya probado su “utilidad” para reforzar el poder de la técnica y el alcance de su impacto.