Resumen
Mi padre trabajaba en los estudios CEA de aquí de Madrid, en la calle Arturo Soria, y bueno, no he nacido allí, pero casi; desde que era pequeñita iba y recogía las flores del jardín. Luego, cuando ya iba al colegio, pasaba por delante del estudio, porque el colegio estaba dos calles más abajo. Mi padre fue ubicando allí a parte de mi familia. Entonces, ¿cómo llegué allí? Pues porque no quería estudiar. Yo a los 16 años dije que ya no quería estudiar, y como tenía primos allí, concretamente una prima que estaba en montaje, pues pensé que yo también quería dedicarme al montaje, pero no tenía ni idea de lo que era. Aunque lo que sí sabía es que el montaje estaba un poco apartado del frenesí de los rodajes; y mi padre nunca, tanto a mi hermana como a mí (mi hermana también estuvo montaje) hubiera intentado que estuviéramos en otro departamento que no estuviera un poco alejado del mundo del cine. Los montajes estaban en los estudios de cine, pero no íbamos a los rodajes. Sí, tenía amigos montadores y mi padre habló con ellos. Mi hermana empezó antes y de aprendiz. Así fue como empezamos. Yo creo que estuve como un año y pico aprendiendo. No quiere decir que aprendas en un año y pico, pero digamos que sin cobrar nada y dando las gracias porque te dejaran estar en montaje; mirando cómo pasaba la película por la moviola y poniendo numeritos con tinta china en el final de la película. Los numeritos eran el número de la claqueta e iban del uno al infinito; y si se cortaban los trozos que no valían sabías dónde encontrarlos por la numeración. Lo que hacíamos primero era eso. Así accedí al mundo del montaje. Mi padre estaba en decoración, era dibujante, y bueno, así es como empecé.