Resumen
La justificada fama de Borges como “escritor filosófico” se debe a que ha ido hilvanado a través de todos sus escritos, de sus cuentos, ensayos y poemas, una serie de experiencias en cuya elaboración conceptual se ha debatido desde sus orígenes la filosofía occidental. El presente artículo pretende, haciéndose cargo de que su escritura se sitúa con plena consciencia más allá de la división entre literatura y filosofía y a propósito de la cuestión de la identidad del yo, señalar la pretensión de Borges de mostrar en el medio de la ficción el carácter “alucinatorio” del lenguaje objetivante de la filosofía, que, en consecuencia, lo inserta en una posición filosófica idealista. Justamente de la radicalidad de esta posición deriva lo que podría definirse como la impugnación borgiana de la intención de extraer una “filosofía” de sus escritos.