Resumen
“Escribir es entregarse a la fascinación de la ausencia de tiempo,” escribía Blanchot en L’espace littéraire. Los relatos o los cuentos revolucionan, casi sin que nos demos cuenta, nuestra perspectiva de la temporalidad. En su debut como escritor, Juan Pablo Roncone nos hace ver la temporalidad de un modo peculiar. Su obra Hermano ciervo nos ofrece ocho cuentos, donde lo fragmentario se identifica en una narración de carácter cinematográfico en la que las descripciones de espacios y personajes son concisas o casi ignoradas, dando de esta manera un fuerte protagonismo a la narración directa de escenas y acciones que tienen lugar dentro de una temporalidad cinematográfica que rompe con la temporalidad lineal. En los cuentos de Hermano ciervo hay un fluir constante de acontecimientos –siempre está pasando algo– que activa nuestra imaginación al suscitarnos los espacios y los personajes que aparecen “descritos” de manera implícita.