Resumen
El primer gran tema que recorre todo el libro es el de la relación entre pensamiento y vida, esto es, el eterno problema del intelectual —y, ¿por qué no decirlo?, del hombre moderno— que percibe el doloroso desgarro entre teoría y práctica, razón y emociones, principios y experiencia. Sólo la pregunta con la que arranca el libro apunta a este problema, y lo hace desde una óptica que inicialmente ve al pensamiento impenetrable por la vida. En efecto, si el compromiso vital con Dorine constituyó para Gorz la fuerza para querer vivir y para éste la realización de su vida se situaba en la escritura, ¿cómo es que Dorine no aparece apenas en su obra… tal como ella es? Quizá por eso —sobre todo en las primeras páginas de la carta— Gorz insiste en describir a Dorine, tal como la conoció y se desplegó a lo largo de su vida en común. En esta línea de opacidad, también escribirá Gorz que pensamiento y vida se ven incomunicados por la ideología; en su caso, el comunismo, que le llevó a considerar el amor como un sentimiento pequeño-burgués o una debilidad que impide la revolución.