Resumen
Desde las poesías casi incomprensibles de los místicos del siglo XVI hasta las declaraciones triunfantes del Concilio Vaticano I, todo discurso sobre Dios implica una toma de postura ante la organización de esa comunidad humana que es cada una de las iglesias que existieron y que existirán. Así ocurre también con la teología que Tomás Halík despliega en este pequeño libro con grandes pretensiones: nada menos que poner en manos de los católicos la posibilidad de hacer un cambio de rumbo y virar el timón de su iglesia de nuevo en camino hacia los ajenos, hacia aquellos que no forman parte de ella y a los que el autor llama los “alejados”. Y de hacerlo además, no con la carga emocional y espiritual de una nueva cruzada, sino con una “nueva seriedad, una nueva madurez, un nuevo tipo de dialogo entre la fe y la no fe”.