Resumen
El autoritarismo aprovecha los canales de libertad que las democracias permiten. Se apoya en el resentimiento contra un sistema económico indiferente al sufrimiento laboral y en la culpabilización del inmigrante. Y sostiene líderes incompetentes pero que han aprendido a utilizar las redes sociales como caballos de Troya domésticos, infectando de mentiras mentes fáciles de cosechar. Su agenda tiene varios objetivos sectoriales: rediseñar Estados Unidos bajo parámetros ultraconservadores, legalizar la tiranía en Hispanoamérica y fragmentar la Unión Europea; la última está en peligro, además, por las acciones híbridas y militares de Rusia. El objetivo global es el triunfo de un modelo económico neoliberal despiadado basado en la distribución de la riqueza selectiva. Pero, para comprender sus métodos, hay que descender la escala sin perder el foco principal. El absolutismo legal es reconocible en Washington, Managua, Caracas, Budapest, Viena, París, Madrid y -¿por qué no?- en Murcia.