Resumen
En los diálogos platónicos hay dos lugares, a mí entender, en los que se compara a los seres humanos con magnitudes inconmensurables, magnitudes que no pueden expresarse mediante una proporción de números enteros, por lo que se dice que son aloga: sin logos o «inefables». La imposibilidad, o más bien, la injusticia de tratar a un ser humano existente como una cosa material o un objeto matemático es solo un ejemplo de este problema. Platón sugiere, o así se argumenta en esta conferencia, que el alma encarnada es, por su propia naturaleza, un locus de inconmensurabilidad. Su trabajo consiste en mantener unidas dimensiones de la realidad cuya coherencia en la vida humana es real pero fundamentalmente inefable.