Resumen
El interés por los límites del lenguaje está ligado al afán por la extensión de las posibilidades del medio de trabajo, uno de los ejes del arte moderno. Pero ese desarrollo había de tener lugar desde dentro, precisamente como Wittgenstein se enfrentó a la ética (y al lenguaje). Todo intento de favorecerlo externamente no acarrearía más que confusión, e incluso falsedad.