Resumen
No es la primera vez que L. A. Lobato elige el tema del amor en exclusiva para uno de sus libros; lo hizo en el anterior, Lámparas (2010), por no remontarnos más atrás. Y lo sabe hacer, porque lo hace como debe hacerse, desde la hondura del sentimiento, desde la experiencia filtrada, y con el lenguaje libre, preciso, imaginativo. Es decir, a pesar de ocuparse de un tema harto manido, nos lo devuelve en su poesía con originalidad y frescura, con densidad y belleza, ¡como debe ser! Quiero decir, no encontrarán en este libro ñoñerías y tópicos, sino la experiencia de un ser traducida en lenguaje actual, en hondo y palpitante lenguaje humano.