Resumen
Basta, en el caso de quien ya no cumplirá los cuarenta y cinco, con recordar la vuelta desde el colegio, el beso a mamá y papá, el anhelado plato de comida, el Telediario de fondo, para comprender por qué La tribu caníbal va a resultar casi indescifrable para los jóvenes. No tienen en sus mentes vocabulario con qué descifrar este libro: comando, zulo, maketo, tiro en la nuca, bomba lapa, casa cuartel, Irene Villa; después: kale borroka, el árbol y las nueces, Miguel Ángel Blanco. Ni las imágenes y sonidos, inolvidables, con que cada una de estas palabras fue quedando tallada, a cincel y martillo, en el magín de tantos hijos de los años setenta, ochenta y noventa.