Resumen
El problema del Filebo se encuentra en el contexto del Orden de Lectura de los diálogos de Platón. Aunque inicialmente el Filebo habría sido un buen candidato para seguir al Critias debido a la inconclusión del último y la indeterminación del inicio del primero, la conexión más fuerte, y más propia de un maestro como Platón, exigía que nos fijáramos en un discurso perdido, el refrescante Iliso y los “cuentos egipcios” (un cuento delicioso y dialógico que el viejo Sócrates cuenta en el Fedro, en contraste con la versión pedante y técnica del joven Sócrates del Filebo). Pero el problema del Filebo se entiende mejor situando el diálogo después del Parménides, haciendo de puente entre el inmutable Ser parmenídeo y la descripción del flujo heraclíteo del Llegar a Ser en el Crátilo, que no se mezclarán hasta llegar al Teeteto (Teeteto 180 c7-e4). Ya desde el Timeo (el primer diálogo tras la República en el Orden de Lectura) Platón nos pone a prueba respecto a la distinción entre el Ser y el Llegar a Ser y el Filebo se vuelve un campo de batalla del platonismo especial debido a la exclusión del principio de διάκρισις. Plutarco vio esta exclusión y fue defensor de un platonismo no pitagórico que exige del filósofo bajar a la Caverna.