Resumen
El problema de que casi coincidan las fechas de tu sexagésimo cumpleaños y de la jubilación, es que caes en la cuenta de que te queda menos tiempo por delante que por detrás. Y dos preguntas asaltan el castillo supuestamente construido en torno a tu seguridad: ¿lo hecho hasta ahora mereció la pena?, y ¿qué hago ahora que merezca la pena? Existir se convierte en una trampa, pero siempre lo fue.
En este escrito debería hablar de los treinta y dos años enseñando historia, arte, algo de cine y un poco (cuando no me quedó más remedio) de geografía, en las aulas de enseñanza secundaria y bachillerato, como profesor primero y catedrático después; aunque los mejores momentos fueron aquellos en los que pude hablar con el alumnado de lo que le importaba, tratando de que identificaran lo importante. También tendría que rendir cuentas de mi trayectoria como analista fílmico, las conferencias, los cursos impartidos, las publicaciones, la tesis doctoral… La posible frustración que a veces mordía mi actividad docente quedó disminuida gracias a la ilusión por mirar y comprender películas, cinematografías y directores, en un continuo reto por explicar lo visto por medio de la palabra.