Resumen
Muchos lectores recordarán la aventura del Clavileño (capítulos XL y XLI de la segunda parte del Quijote). Pero aun siendo célebre, es notable que haya pasado un poco desapercibida la situación muy compleja que en ella el autor, por cierto, Miguel de Cervantes Saavedra, ha creado, sin haberla explicitado. Cuando digo desapercibida, aclaro, estoy seguro de que a lo largo de los siglos cientos de miles de lectores, quizás millones, la han comprendido, pero al parecer no forma parte, tal complejidad, del conocimiento común, expresamente compartido, sobre la obra. ¿Nadie puso en blanco y negro esa complejidad?
En este, como en muchos otros pasajes del Quijote, Cervantes se incorpora al contingente de los autores esotéricos, en el sentido de Leo Strauss, puesto que el texto discurre en dos niveles, el de lo dicho y el de lo que se da a entender a través de lo que se dice, o sea que también se dice porque el texto lo transmite implícitamente y para quien lo pueda captar.

