Resumen
Serena Vitale ha recogido un excéntrico ramillete de personalidades en esta obra suya que es La casa de hielo. Veinte pequeñas historias rusas. Un ramillete de colores exagerados, chillones, violentos y desmesurados. Por aquí se pasean de nuevo, como despertados del olvido, nombres y personajes que habían quedado enterrados bajo la polvareda que el interés histórico general levanta al pasar frenético por los hechos y personajes llamados propiamente históricos. Sergej Kamenskij, que dirigió una compañía de teatro de criados a base de palizas, el vicegobernador Š., aficionado a los funerales y amigo de los muertos, Elisabeth, la falsa heredera del trono de Isabel, o Van’ka Kain, ladrón que se ganó la protección del Estado, se reivindican aquí como protagonistas de la Historia, y sus historias contribuyen a la construcción de ese gran personaje literario e histórico que es Rusia y que, de la mano de nombres como Tolstói o Dostoievski, ya forma parte de nuestro imaginario.