Resumen
Después de haber sido transfigurado sobre la cima de un monte solitario - leemos en los evangelios-, Jesús descendió a la ciudad junto a todos sus discípulos y curó a un niño poseído por el demonio (Mateo, 12; Marcos, 9). La salud del pequeño no tenía nada que ver con la metamorfosis del Señor, pero Rafael, en el momento de representar la Transfiguración de Cristo, escogió para pintar los dos episodios en una misma representación, como si se tratase de la crónica de un solo día.