Resumen
El ambiente en que Weber expuso, en Munich, a finales de 1917, sus consideraciones teóricas sobre el “sentido” de la ciencia, era al tiempo difuso y concentrado. La guerra mundial se había perdido, las “batallas con profusión de material” habían puesto en evidencia, por primera vez, el significado de la técnica moderna; los flujos revolucionarios, las así llamadas por Weber, “dictaduras de la calle”, proliferaban; el horizonte espiritual se había visto sacudido por las tesis de Nietzsche sobre el nihilismo y la voluntad de poder.