Resumen
La Iglesia cristiana —la que ha triunfado— no se constituyó realmente como doctrina y como fuerza social más que a mediados del siglo tercero. Sin embargo, ciertas tendencias de la vida de los pueblos y ciertas ideas que, con su desarrollo y difusión, determinaron los progresos del movimiento, la confluencia de aportaciones dispares y la formación de “jerarquías” hasta el estado de cosas con que se encontraron Orígenes, Cipriano y Pablo de Samosata, comenzaron a surgir casi al día siguiente de la muerte de Alejandro. Añadiré que por “jerarquías” entiendo la organización en sectas, escuelas, asociaciones económicas y grupos clandestinos que, poco a poco, sustituyeron a las tribus y a las ciudades sojuzgadas por el despotismo.