Resumen
Escribir no es un simple acto físico. No se trata solo de estar ante una pantalla de ordenador tecleando palabras que componen frases que implican ritmos y significados, y que pueden despertar en el lector sentimientos más o menos auténticos, más o menos logrados. No implica la sola actividad de terminar una página que dará paso a otra hasta que termine el libro, momento en que comenzará para el escritor una odisea muy distinta, menos real y más artificiosa, en una esfera prácticamente ajena al propio escritor. Escribir es un ideal. Es la respuesta a una imagen mental en la que nos sumergimos al comenzar. Y es, ante todo, una manera de estar en el mundo y de ver las cosas.