Resumen
Sentir, saber, oír... el mar de fondo. Como quien, acostumbrado por el tiempo y el trabajo de años en un barco mecido por las olas, sabe, puede distinguir, quizá intuye, el mar de fondo. A su oído llegan los mismos sonidos que a los de neófitos y profanos y, sin embargo, el horizonte de su experiencia, de sus lecturas (todo es siempre texto), le ofrece un mundo: compartido por tradicional y único por interpretado.