Resumen
Este ensayo defiende que la escritura que Emerson preparaba para sus lectores y oyentes debía despertar a los dormidos con ataques retóricos al sistema, no ser una confesión personal. Cuando en 1851 Emerson dijo: “Mi espíritu está preso en prisiones tan profundas que nadie lo visita si no lo hago yo”, articulaba el meollo de su única tarea en el mundo, y estas consideraciones tempestivas son las noticias que lleva a aquéllos que se encuentran presos, a los que brinda la escapatoria de los lazos falsos y la oportunidad de colaborar de algún modo en el bienestar de los demás.