Resumen
Imagina, si puedes, un filólogo profesional conduciendo una Harley-Davidson. En ‘The American Scholar’ (1837), Ralph Waldo Emerson describió el prototipo del intelectual americano como una fuente original: no el loro del pensamiento de otros, sino un hombre cuyo vocabulario fuese una vida de acción sin cortapisas y cuya inteligencia abarcase no sólo los clásicos, sino también “the literature of the poor, the feelings of the child, the philosophy of the street, the meaning of household life”.