Resumen
En mayo de 1929 se reunió en Davos un grupo de jóvenes filósofos europeos para intercambiar opiniones con motivo de la segunda edición de unas jornadas universitarias. Las estrellas de aquella cita bien podría haber sido Settembrini y Naphta, pues, publicada en 1924, La montaña mágica de Thomas Mann parecía presagiar el careo filosófico que cinco años después sostendrían Ernst Cassirer y Martin Heidegger en el mismo escenario en el que transcurre la novela. A la cita habían acudido unos cuantos nombres de interés para la filosofía del siglo XX, desde Eugen Fink a Emmanuel Lévinas, pasando por Ernst Bollnow o Rudolf Carnap,2 entre otros muchos menos conocidos como León Brunschwicg, Jean Cavaillés3 o Maurice Gandillac.