Resumen
En 1977 Eric Voegelin escribe en su Anamnesis: “Me enfrenté a la cuestión de por qué me sentía atraído por los ‘amplios horizontes’ y rechazaba, si no me producían náuseas, las restricciones deformadoras… Las razones tenían que buscarse, no en una teoría de la consciencia, sino concretamente en la constitución de la consciencia que responde y verifica. Y esta conciencia era la mía. Parecía que un filósofo tenía que hacer una exploración anamnésica de la propia consciencia para descubrir su constitución a través de sus experiencias de la realidad si lo que quería era ser consciente de lo que hacía”.