Resumen
Es difícil y de mucha responsabilidad hablar dignamente de Fiódor Mijáilovich Dostoievski y de su importancia para nuestro mundo interior, pues el peso y la envergadura de este hombre único requieren una nueva medida.” Con estas palabras comienza Stefan Zweig la presentación de su estudio sobre Dostoievski, resaltando la profundidad a que nos obligan sus personajes, ya que de ellos “arranca un pozo que desciende hasta las simas demoníacas de lo terrenal, cada vuelo al mundo del espíritu roza con sus alas la faz de Dios” (TM, 95). Presentamos estas reflexiones sobre la muerte analizando tres episodios que ofrece la obra de Dostoievski El idiota (1868). Sabido es que muchos de los personajes de Dostoievski presentan una complejidad difícil de abarcar y, en ocasiones, sus acciones y pensamientos provienen de experiencias vividas por el propio autor: “