Resumen
Quizás no sea descabellado pensar que ante la historia solo hay dos posiciones posibles: de un lado, la de quienes al mirar al pasado perciben una unidad que les enlaza de forma inexorable con todos los seres humanos que en el mundo han sido; y, de otro, la de quienes, al mirar atrás, observan una cesura ineludible entre lo ocurrido en el mundo antes y después de 1789. Entre los exponentes de la primera posición en el último siglo, ningún representante más singular que Gilbert Keith Chesterton (Breve historia de Inglaterra, 1917; Santo Tomás de Aquino, 1933). Respecto a la segunda, sería difícil encontrar alguien más popular que Michel Foucault.