Resumen
La aproximación de Sloterdijk a la obra de Derrida es radicalmente opuesta a la que pretende la deconstrucción; lejos de analizar texto por texto, fragmentos, metáforas y ausencias relevantes, trata de ofrecer una panorámica general, a través de algunos de sus textos centrales —¡clásicos! —, asemejándolo a otros autores —fundamentalmente del siglo XX— más o menos conocidos. Por tanto, es lo semejante lo que nos permite ver lo diferente, y resulta una aproximación que nos facilita la comprensión del genio y su originalidad, curiosamente por lo que tiene en común con otras obras de la historiografía post-hegeliana.