Resumen
En la obra de Hans Küng se trata de descubrir y, más aún, de ejemplificar, la estrecha relación entre la música, “la más espiritual de todas las artes” (p. 18), y la religión. Para ello el autor escoge entre su propia discografía tres compositores —Mozart, Wagner y Bruckner— y los enmarca, como si de una composición se tratara, con una “obertura” que introduceal lector en el tópico y un “final” sobre sentido y arte. Además, para completar los capítulos, basados en anteriores conferencias y artículos, el teólogo Küng elige la obra de cada compositor más adecuada a sus propósitos: de Mozart, la Misa de la Coronación, K 317; de Wagner, Parsifal; y de Bruckner, su Sinfonía nº 8. Así, una dualidad de conceptos, ya presente en el título, recorre todas las páginas del libro como si se tratara de una sonata clásica, con sus antagónicos, pero necesarios temas A y B.