Resumen
Nunca es suficiente el agradecimiento que puede expresarse hacia aquellos que desgastan sus ojos y su tiempo en aclarar los grandes problemas en torno a los que giran nuestras vidas. “Gracias” debería ser, por tanto, la última palabra acerca del texto que aquí se reseña: Fe y filosofía. La profundidad de las reflexiones que pueden derivarse de esta pequeña pero intensa frase que da título a esta correspondencia —en la que dos mundos se reúnen—, podría ilustrarse con multitud de ejemplos y por numerosas vías se podría buscar su conocimiento. En esta ocasión, el marco en el que se hará el intento de vislumbrar de qué modo filosofía y fe pueden relacionarse, viene dado por dos nombres que son la primera y la última palabra del texto: Strauss y Voegelin. Las figuras de estos dos importantes filósofos, vistos a través de su correspondencia, tienen en estas páginas el valor de presentar una seria deliberación sobre el llamado problema teológico-político, que en su diálogo epistolar equivale al secular conflicto entre razón y revelación o, por decirlo con palabras de Strauss, entre Atenas y Jerusalén.