Resumen
El artículo se propone la consideración de lo que se ha llamado ‹‹sentir de sí››, una experiencia paradójica del espíritu que no puede ser articulada en palabras. Una experiencia que al tratar de decirse pierde su sentido, se banaliza, lo que provoca un contraste doloroso con la intensidad de lo que se siente. A partir de ello se reconsidera la intimidad y el silencio, junto a su relevancia en el saber de sí y el saber ajeno. Se concluye sobre el valor de serenar los juicios hacia el otro, y el riesgo de juzgar sólo hechos y resultados.