Resumen
Se ha dicho, no sin razón, que la obra de Max Weber es inagotable, y lo cierto es que cualquiera de sus aportaciones —ya sea en el campo de la metodología, de la sociología de la religión, de la historia o de la economía— ha dado bastantes pistas y siguen ofreciendo orientación a muchos investigadores. En los últimos años, por ejemplo, ha vuelto a discutirse con afán su comprensión del proceso de secularización como característica propia de la Modernidad. Puede decirse, por tanto, que la sombra de Weber sobre la sociología es alargada. Gina Zabludovsky Kuper, consciente de que el sociólogo alemán todavía puede decirnos mucho, ha unido el nombre de Weber a su propia trayectoria intelectual.