Resumen
Frédéric Lenoir, El milagro Spinoza. Una filosofía para iluminar nuestra vida, trad. de Ana Herrera, Ariel, Barcelona, 2019. 166 pp. ISBN 978-84-344-2966-6.
Católico, defensor manifiesto del actual Papa (François, le printemps de l’Évangile, 2014) y profundo admirador de la alegría del Evangelio que ha sabido traducir como en estas páginas en un elocuente evangelio de la alegría (Las metamorfosis de Dios, 2005; El poder de la alegría, 2015), amplio conocedor de la historia comparada de las religiones (El Cristo filósofo, 2007; Breve tratado de historia de las religiones, 2008), el sociólogo francés Frédéric Lenoir es escéptico, en su libro El milagro Spinoza, respecto al supuesto racionalismo absoluto del filósofo judío. No obstante, Lenoir no se arroga la última palabra sobre Spinoza, sino que más bien usa como pretexto para escribir sobre Spinoza la idea supuestamente spinoziana tomada como premisa de que “nuestros pensamientos y sentimientos están ligados íntimamente”, lo que sirve para “iluminar su pensamiento mediante su vida” (14). Sin embargo, la apología que Lenoir hace de la unidad de la vida y de la obra en Spinoza está estrechamente relacionada con su propia lectura carismática de la integridad y la honestidad del filósofo que se corresponde respectivamente con las dos partes en que se divide el libro, ‘El revolucionario político y religioso’ y ‘El maestro de sabiduría’. Aparentemente Spinoza llevaría a cabo una lectura “totalmente desapasionada” de los acontecimientos debido a que “no juzga en absoluto los actos humanos” (16-17). De ello se deduce que la acción no es el núcleo de la ética ni siquiera de la Ética de Spinoza. La clave de la Ética sería, por el contrario, la comprensión de que lo real es “totalmente inteligible”. Inteligible quiere decir racional. Así el racionalismo ético de Spinoza es absoluto al menos de una manera implícita en que Lenoir se contradice.